* Lavazza no está afiliada, avalada ni patrocinada por Nespresso
**Nescafè®, Dolce Gusto® y Melody I son marcas comerciales de terceros no relacionadas con Luigi Lavazza S.p.A.
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Existen muchas leyendas en torno al café, como si se tratara de un mito popular o incluso de un culto. Pero, ¿por qué es el café una de las bebidas más populares del mundo y por qué resulta tan irresistible? Muchos se han preguntado por sus secretos. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que la cultura del café se ha extendido por todo el mundo y que cada país tiene sus propias costumbres, sus propias preparaciones y sus diferentes tipos de café.
Así pues, vamos a ver cómo preparar un buen café en casa empleando el método Chemex.
¿Qué necesitas para preparar café en casa? Para la preparación tal vez necesites los siguientes accesorios para café:
PASO 1: LOS GRANOS DE CAFÉ
Cuanto más frescos y de mejor procedencia sean los granos de café, más fácil te resultará preparar el mejor café. El tipo de café que elijas es sin duda un punto de partida esencial.
PASO 2: RELACIÓN DE AGUA Y CAFÉ
La medida ideal para un café perfecto es la proporción 1:17 entre café y agua. De este modo, tu taza no estará ni demasiado fuerte ni demasiado débil, sino justo como debe estar. Una proporción de 1:16 o incluso de 1:15 podría proporcionar un sabor más intenso. En otras palabras, 2 cucharadas soperas de café molido corresponden a 177 ml de agua. Estos son los estándares para una buena taza.
PASO 3: MOLER EL CAFÉ
Para obtener un café fresco y delicioso debes moler bien los granos antes de prepararlo. Esto te permitirá extraer adecuadamente todos los fragantes aromas y sabores de los granos. Tendrás que ajustar el molinillo de la forma que mejor se adapte a tu método de preparación.
Extraer la cantidad adecuada de sabor de los granos de café no es tan sencillo: si no se tiene suficiente cuidado, se puede extraer poco o demasiado sabor. Para hacerlo bien debes prestar atención a tres variables distintas: tiempo de contacto con el agua, temperatura del agua y turbulencia, que se consigue con la agitación natural del agua al tocar los posos del café, mientras se remueve con una cuchara durante el método de vertido.
PASO 4: HERVIR EL AGUA
Lleva el agua a ebullición y déjala enfriar durante un minuto, hasta que alcance una temperatura que permita utilizarla. El agua es un factor bastante determinante para preparar un café con un sabor perfecto y es importante que no contenga impurezas visibles. Mientras esperas, puedes completar el siguiente paso.
PASO 5: COLOCAR EL FILTRO
Hay tres métodos distintos de filtrado que puedes emplear. Los filtros de café metálicos como los que se utilizan en la Chemex pueden dejar que pasen más sólidos insolubles, lo que dará al café más cuerpo y un aspecto turbio. Se puede encontrar un término medio en el filtro de café de tela, que deja pasar algunos aceites y sólidos para obtener un café menos turbio. Sin embargo, pueden resultar poco prácticos, ya que no es fácil limpiarlos.
El tipo más común, el que utiliza más del 90 % de la gente, es el filtro de café de papel. Para evitar la posible transferencia de sabor del papel al café, solo tienes que verter algo de agua caliente en el filtro y dejar que repose un par de minutos antes de utilizarlo.
PASO 6: COLOCAR EL CAFÉ EN EL FILTRO
¡Es hora de prepararlo! Coge el café molido y échalo en medio del filtro recién enjuagado.
PASO 7: VERTER Y ESPERAR
Empieza con el primer vertido, el denominado vertido en flor, un vertido relativamente breve en el que al filtro solo se le añade el doble de agua que de café. Si está recién tostado y molido, el café pronto empezará a burbujear y hacer espuma. Reanuda el vertido después de entre 30 y 45 segundos.
PASO 8: SIGUE VERTIENDO
Justo cuando deje de burbujear, vuelve a verter durante los tres minutos siguientes, guiando lenta y pacientemente el chorro de agua en espiral sobre los posos hasta que se saturen. Tal vez tengas que parar de vez en cuando, para que la espuma y el agua disminuyan. Con este ritmo podrás extraer un sabor mejor y menos amargo.
PASO 9: ¡DISFRUTA DE TU CAFÉ!
Levanta el embudo, filtra la taza y desecha los posos. ¡Es hora de que disfrutes del resultado de tus esfuerzos!