Tanto en el trabajo como en casa, el café forma parte integral de la cultura italiana.
Tomar café, una ocasión agradable y sagrada, proporciona un momento de calma en un mundo ajetreado: un espacio en donde la gente puede detenerse para pensar, charlar y, a menudo, crear.
El descanso para el café, que se ha convertido en un hábito diario indispensable, es un importante ritual que reúne a las personas y fomenta la socialización, sobre todo en entornos de oficina y escolares.
El café es un parte integral de la cultura italiana. Los estudios demuestran que los italianos consumen una media de 5,6 kg de café per cápita al año y que cada año se importan a Italia unos 8 millones de sacos de café.
Con la invención de los métodos de preparación espresso y en cafetera italiana, la forma de beber y preparar café en Italia se revolucionó por completo.
Aunque la cafetera espresso es el método de preparación más común en bares, restaurantes y lugares de trabajo de toda Italia, ya que fue diseñada para reducir el tiempo necesario para preparar el café en lugares públicos, la mayoría de los italianos prefieren utilizar la cafetera italiana en casa.
Para la mayoría de los italianos, si no para todos, un espresso es algo sagrado. Si estás en Italia y pides simplemente un “café”, te sirven un espresso.
El término “espresso” es sinónimo de “hecho al momento”. Esta bebida, que a menudo se sirve en una pequeña taza de café espresso, se bebe en pocos segundos en dos o tres sorbos. En Italia, los espressos se toman durante todo el día, para hacer un breve descanso, normalmente en el mostrador del bar o directamente al lado de la máquina de café.
Otra preparación de café que es muy popular y apreciada en Italia es el capuchino, que tradicionalmente se toma a la hora del desayuno, normalmente acompañado de una masa, por ejemplo, un cruasán.
Si bien en Alemania, Austria y los Países Bajos se prefiere un tueste medio, los franceses, españoles e italianos prefieren un tueste completo.
El tueste es el proceso de calentar los granos de café sin tratar para liberar su cuerpo, sabor y aroma. Durante este proceso, los granos adquieren su característico color marrón, disminuyen de peso, aumentan de volumen, pierden humedad y, sobre todo, adquieren aroma. El resultado es un blend de café que expresa todas sus propiedades sensoriales.
A menudo, el tueste del café requiere mucho tiempo y puede ser bastante complicado. Al intentar encontrar el punto óptimo de tueste, siempre es mejor tener en cuenta que las temperaturas más bajas tienden a acentuar los sabores ácidos del café, y las más altas acentúan los sabores amargos. Por ejemplo, el café arábica, que representa dos tercios de la producción mundial de café, suele ser un blend de tueste medio con mucho aroma, dulce y ligeramente ácido.
La amplia investigación de Italia sobre el tema del café, además de su extraordinaria colección de recetas y vastos métodos de preparación, han colocado a este país europeo en el mapa como una de las naciones cafeteras más importantes e influyentes del mundo.
Dicho esto y, dado que la mayor parte del país no reúne las condiciones adecuadas para el cultivo del café y que su cultivo en la mayoría de las regiones sería bastante costoso, salvo raras excepciones, en Italia no se cultivan ni se cosechan granos de café.
Sin embargo, a pesar de ello, la cultura italiana del café es lo que ha elevado este producto sin tratar a lo que es hoy: una de las bebidas más populares del mundo.